Como CEO, me encuentro constantemente buscando maneras de optimizar nuestras operaciones y mejorar nuestra competitividad en el mercado. Hoy quiero abordar un tema que afecta a muchas empresas: los sistemas anticuados y no actualizados.
La tecnología avanza a pasos agigantados. Los sistemas que alguna vez fueron eficientes ahora pueden convertirse en una carga para nuestras operaciones diarias. Los problemas que enfrentamos con sistemas anticuados incluyen la lentitud en los procesos, la falta de integración entre departamentos y la dificultad para obtener datos precisos y oportunos para la toma de decisiones.